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La semana recién pasada se realizó en Santiago la Perspectiva Estacional Agroclimática - primavera 2017, en la sala Torres del Paine del Ministerio de Agricultura. Este encuentro fue organizado y convocado por el Sub Departamento de Información, Monitoreo y Prevención IMP para la Gestión Integral de Riesgos. La actividad estuvo a cargo de Antonio Yaksic Soulé, jefe de este Sub Departamento y contó con la participación de destacados expositores, y representantes del Agro.
El objetivo de la jornada fue analizar la perspectiva agroclimática, en el contexto de una megasequía, y sus implicancias para la temporada agrícola 2017-2018.
En la oportunidad, José Vicencio Veloso y Andrea Acevedo Núñez, ambos profesionales de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), presentaron la Perspectiva Climática Estacional septiembre-octubre-noviembre 2017 y su aplicación para la agricultura, destacando que la probabilidad de ocurrencia de La Niña es de un 52% para el trimestre octubre-noviembre-diciembre; y que, entre finales de primavera y principios del verano austral, se mantendrá alta la posibilidad de un evento La Niña. Adicionalmente, se analizó la ocurrencia de heladas en septiembre y régimen pluviométrico para ese periodo, comparativamente con temporada anterior.
En este sentido, Vicencio explicó que la ocurrencia de un patrón La Niña se ve potenciado debido a que se pronostica un enfriamiento en el Oceáno Pacífco Centro-Oriental y Calentamiento en el Oceáno.Pacífco Occidental, es decir, debido a la gradiente entre ambos lados del Pacífico.
Disponibilidad de agua
En cuanto a la disponibilidad de recurso hídrico, Brahim Nazarala, de la División Hidrología de la Dirección General de Aguas DGA, presentó el Pronóstico de disponibilidad de agua para la temporada de riego 2017-2018 . Entre sus conclusiones indica que, para la zona norte, pese a baja disponibilidad hídrica esperada no se presentarían problemas en la agricultura de riego dado que todos los embalses de la zona (embalses para riego, de regulación interanual) acumulan volúmenes superiores a los de los últimos 7 años y la mayoría prácticamente se encuentran en su capacidad máxima.
Por otra parte, los grandes embalses, Laguna del Maule y Lago Laja, a pesar que han disminuido sus almacenamientos respecto a la temporada pasada, debieran tener una cierta recuperación, por la nieve acumulada y por los caudales esperados en sus respectivas cuencas. En todo caso, los profesionales indicaron que se requieren entre tres y cinco años de precipitaciones normales para recuperar sus niveles promedios de almacenamiento.
Arándanos
Abel González Gelves, investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA – Carillanca, presentó el Proyecto INIA CORFO:Tecnologías de "Protección en huertos de Arándanos" para mitigar los riesgos climáticos y su impacto en el rendimiento y la calidad en poscosecha, en este sentido, el profesional mostró los efectos del clima sobre la producción de arándanos en el sur de Chile y tecnologías de protección en huertos con el fin de mitigar los riesgos climáticos y su impacto en el rendimiento y la calidad en pos cosecha.
González, además realizó un análisis de la temporada 2016-2017 del arándano, la cual terminó con mayores volúmenes, pero con bajos retornos debido a un significativo adelanto de la cosecha y las exportaciones, que derivó en mercados con una mayor oferta (Chile y otros países), así como también el adelanto condicionó la calidad de la fruta.
El investigador del INIA destacó que el Cambio Climático obliga a los productores a tomar medidas de mitigación antes las amenazas que se presentan como son: heladas, radiación y precipitaciones. Según el profesional el incremento de las precipitaciones (mm) muestran una alta y significativa correlación sobra la caída del rendimiento.
Por otro lado, el profesional destacó que en un huerto de 80 ha de arándanos, con una producción de 700 mil kilos por 65 días de cosecha y un costo variable precio/kilo de 450 pesos, significan un costo variable total de 350.000.000 pesos, por lo mismo es necesario mejorar el costo productivo, lo cual pasa por: 1) Disminuir el costo de la mano de obra (escasa), 2) Incrementar el rendimiento (kg/ha) y 3) Disminuir la vulnerabilidad del cultivo frente al riesgo climático (uso de tecnologías como techos/mallas).
Fuente: freshplaza.es
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