Foto: gestion.pe |
Las agroexportaciones fueron las menos afectadas por la pandemia del covid-19 el año pasado, y para el 2021, la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP) prevé un incremento de alrededor de 6%, es decir, se lograría vender al mundo cerca de US$ 8,000 millones de los cultivos nacionales, sostenido -en parte- por los envíos de frutas y hortalizas (US$ 4,899 millones).
Gabriel Amaro, director ejecutivo de AGAP, mencionó que los productos que destacarían este año -y se disputarán una vez más el primer lugar- serán las uvas y los arándanos. A estos les seguirán el envío de paltas y espárragos. Además, otros que se están abriendo camino son los cítricos: el año pasado crecieron 34%, incluso por encima de los arándanos (22%) o las uvas (19%). Y hay otros que muestran potencial a futuro (ver vinculada).
Inversiones
Lamentablemente, este escenario -aunque positivo- es impulsado por inversiones pasadas (que fueron de largo plazo), porque -subrayó Amaro- las nuevas inversiones y reinversiones están paralizadas. “La verdad es que la inestabilidad es bastante grande y las inversiones, por ello, están bastante detenidas”, dijo.
Esto, por dos factores: la incertidumbre política y la poca seguridad jurídica. “Cuando se dan mensajes que no generan confianza es lo peor que puede suceder leal país. Un nuevo Gobierno tiene que dar los mensajes de seguridad jurídica y de confianza. Pero no solo son ideas, sino que tienen que pasar a ser acciones concretas, y estas son definir quiénes van a ser nombrados ministros y quiénes serán principales funcionarios”, remarcó.
Agregó que aunque usualmente son optimistas, el sector está caminando en medio de una gran interrogante. “Ese es el ambiente que se vive en el sector, pero también en otros sectores económicos. Por la derogatoria de la ley y el comportamiento del Estado sobre la seguridad jurídica (las inversiones) han sufrido un fuerte choque y se frenaron. Y por la inestabilidad política que vivimos y la incertidumbre sobre el nuevo Gobierno, seguirán frenadas”, puntualizó.
Las señales
Amaro mencionó que los mensajes sobre la posibilidad de revisar o anular acuerdos comerciales, así como limitar la importación han preocupado a toda la cadena agroexportadora. “Si todo lo que producimos creemos que podemos consumirlo en el Perú, estamos equivocados, se pudriría la producción”, advirtió.
El sector también debe tener la seguridad que no se buscará expropiar las tierras, dijo. Cabe recordar que en abril, Pedro Castillo (Perú Libre) mencionó que “si hay abuso de la tierra, un eventual gobierno suyo tendrá que ordenarla”, al responder si expropiaría tierras o a la agroexportación.
Amaro consideró que en un eventual gobierno de Perú Libre, si se busca dar estabilidad, la información que se transmite debe ser más clara. “Los mensajes son cruzados, por escrito se dice una cosa, pero cuando hablan dicen otra, y luego sale un vocero a desmentir lo que se dijo. La inestabilidad es bastante grande y las inversiones, por ello, están paradas”, insistió.
Seguridad
A la inestabilidad política se suma la falta de seguridad jurídica, dijo Amaro. “Cuando un Estado elimina un marco jurídico de largo plazo (Ley N° 27360) quedaba estabilidad a las inversiones y que vencía el 2031, es una pésima señal, que se traduce en que los actores económicos internos son más cuidadosos hacia las inversiones”, anotó.
Sobre la nueva ley (N°31110), recordó que si bien ya se publicaron dos reglamentos, aún está pendiente un decreto supremo que establecerá las actividades agroindustriales que están comprendidas en la norma.
Buscan impulsar desarrollo de cultivo de cerezas
Además de los cultivos que usualmente lideran las agroexportaciones (ver nota principal), hay otros que -aunque están abajo en la tabla- tienen un buen ritmo decrecimiento. Un ejemplo es el envío de jengibre (kion), que sorprendió el año pasado: en 2019 se exportaron US$ 42 millones, y en el 2020 llegaron a US$ 106millones.
Pero también existen otros productos agrícolas que tienen potencial exportador no explotado, como las cerezas. Gabriel Amaro, director ejecutivo de AGAP, señaló que este cultivo “recién está en etapa de evaluación, de pruebas por algunas empresas, y se está impulsando en Senasa”.
Mencionó que la cereza requiere condiciones distintas a otros cultivos, como de coode humedad, horas de luz; además hay diferentes variedades en el mundo que hay que comenzar a probar.
“Estamos haciendo un trabajo con el Senasa para acelerar el tema de material genético y de acceso a mercados. Estamos avanzando con un grupo de empresas locales y Senasa para impulsar este cultivo. Ahí tenemos grandes expectativas a futuro. En AGAP hemos hecho un grupo de trabajo con varios productores interesado”, subrayó.
Fuente: gestion.pe|Whitney Miñán
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