Foto: PortalFrutícola |
Adam Davis, ecologista de la Universidad de Illinois y del Servicio de Investigación Agrícola del USDA, explica los detalles de un nuevo estudio de la misma universidad, donde se exponen los distintos escenarios climáticos a los que la agricultura se enfrentará en un futuro cada vez más próximo.
Los científicos infieren el impacto en la agricultura basado en las predicciones de la precipitación, la intensidad de la sequía y la volatilidad del tiempo.
En un estudio previo, el grupo desarrolló modelos que tradujeron fiablemente los datos climáticos pasados, en días laborales de campo en Illinois. En el nuevo estudio, ellos acoplaron esos modelos con escenarios de cambio climático para prever días de trabajo de campo en el futuro.
El grupo dirigió los modelos para nueve distritos de cultivo en Illinois durante dos períodos de tiempo, mediados de siglo (2046 a 2065) y finales del siglo (2080 a 2099), utilizando tres escenarios climáticos que van desde leves a extremos.
Los modelos sugieren que la típica ventana de siembra para el maíz ya no será viable; abril y mayo estarán demasiado húmedos para trabajar los campos en la mayor parte de Illinois.
“Avanzando, estamos prediciendo primaveras más cálidas y húmedas, y veranos más secos y calurosos”, dice Davis.
Es probable que los veranos más secos y calurosos también cambien las prácticas agrícolas, particularmente en el sur de Illinois.
“Los períodos de sequía se intensificarán a mediados y finales del verano en todos los escenarios climáticos”.
Cualquier error de cálculo será increíblemente costoso.
El investigador sugiere tres estrategias para hacer frente a los cambios.
Los agricultores podrían plantar temprano con cultivos de temporada larga para maximizar el potencial de rendimiento, apostando por una ventana de polinización para empezar antes de que la sequía se inicie.
O podrían elegir cultivos de temporada corta, plantar temprano y luego cosechar antes de la sequía, posiblemente sacrificando el rendimiento.
La última estrategia requerirá un cambio más radical.
“Crear sistemas de cultivo que pueden hacer frente a la mayor volatilidad mediante la conservación de la humedad del suelo. La mayor parte del esfuerzo en la estabilidad de rendimiento y resiliencia se centra en el mejoramiento genético de los cultivos. Eso está bien, pero creo que hemos quedado atrás en el lado de la administración del sistema de cultivo.
“Si tienes un cultivar de élite resistente a la sequía en el mismo sistema de cultivo que no cambia con los cambios ambientales, entonces no estamos haciendo justicia a ese cultivo”, dice Davis.
Bajo este contexto en Illinois de inviernos tardíos y primaveras tempranas, este trabajo parece particularmente oportuno.
“¿Todo este tiempo extraño? Es parte de una tendencia “, indica Davis. “Ahora es el momento de prepararse, porque el futuro está aquí”.
Fuente: PortalFrutícola
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