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¿Cuál es la diferencia entre un plátano y una banana? Muchos de nosotros no sabríamos responder a esa pregunta, ya que dependiendo del origen del hispanohablante y de su región de procedencia, los términos podrían referirse a productos diferentes o incluso ser sinónimos.
El informe "Plátano y de Canarias y salud" publicado por María del Puy Portillo, Licenciada y Doctora en Farmacia en la Universidad de Navarra, nos ayudará a hallar la respuesta a esa pregunta.
El plátano es curvo y la banana es recta. Además, es cierto que el plátano tiene menor calibre que la banana. Esto hace referencia a dos medidas, por un lado la longitud y por otro el grosor. Ambas medidas son menores en el caso del plátano y lo mismo sucede con la relación entre el peso y la longitud.
Otras características físicas hacen referencia al color y la textura. Así, según describe la experta, el plátano tienen una pulpa más amarilla y en realidad el color de la piel no es un parámetro para diferenciar las frutas, pues está relacionado con el grado de madurez. A nivel sensorial, los estudios ponen de manifiesto que el plátano muestra una textura suave pero es más firme, mientras que la banana es más dura y seca.
Los estudios sobre la composición nutricional de ambos indican que el plátano es más rico en algunos minerales como el potasio y el fósforo y tiene menos contenido en otros como el sodio. Además, el plátano es más rico en algunos tipos de fibras como la pectina y contiene menos hidratos de carbono que la banana (en concreto tiene menor cantidad de almidón y mayor cantidad de azúcares sencillos como la sacarosa, la glucosa y la fructosa). Esto último hace que el plátano resulte más dulce que la banana y su textura sea más blanda.
El bajo contenido en sodio y el potasio que incluye el plátano hacen que sea un alimento interesante pera los hipertensos, según asegura la Dra. Portillo en el informe citado. Eso sí, en lo que respecta a otros minerales el plátano tiene un contenido menor de calcio, hierro, zinc, cobre y manganeso que la banana.
El contenido en fibra, que es elevado, es similar en ambos casos, con un reparto de unos 0,6 gramos por cada 100 gramos de porción comestible para la fibra soluble y 1,5 gramos por cada 100 gramos de fibra insoluble. Además, dentro de la fibra soluble se encuentra la inulina y los frutooligosacaridos, que benefician el tránsito intestinal. Además ambas contienen taninos, sustancias que les confieren propiedades astringentes lo que, curiosamente, les hace recomendables en los casos de diarrea, tal como se precisa en el estudio.
Fuente: freshplaza.es|abc.es
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