Al igual que en otras frutas, dentro de la cadena de manejo para la producción de arándano, la etapa de poscosecha de la fruta constituye un punto clave para llegar al consumidor con un producto de calidad. Calidad que está definida por una serie de factores como color, firmeza, ausencia de daños, balance dulzor/acidez y aroma. Existe una gran gama de variedades que hoy son cultivadas a nivel comercial que pueden diferenciarse en muchos aspectos, incluyendo hábito de crecimiento, fecha de producción, sabor, entre otros.
Además es importante considerar que el comportamiento en poscosecha puede ser distinto entre variedades, ya que éstas pueden presentar un metabolismo distinto en lo que dice relación con respiración y producción de etileno, susceptibilidad a pudriciones, firmeza a la cosecha y poscosecha, relación azúcar/ácidos, etc. Sin embargo, existe un punto común para todas ellas, y es que se caracterizan por ser muy perecibles después de cosecha. Entre las principales causas de deterioro en arándano están: pudriciones, deshidratación, pérdida de firmeza, pérdida de apariencia, desarrollo de desórdenes y calidad sensorial.
Indicios de pudrición u hongos
Fruta inmadura
Daño mecánico: Heridas abiertas o partidoras
Daño por helada y granizo
Fruta deshidratada
Insectos
Falta de Pruina (Bloom)
Russet o cicatrices
Machucón
Fruta blanda
Fruta sobre madura
Pedicelo desgarrado
Tierra
Materias extrañas
Exudación de líquidos
Restos florales
Frutas con pedicelo
Fruta pre-calibre (<10mm)
Fruta ideal para cosechar
Fuente: Portalfrutícola.com
Calificar este artículo