Hay demanda de buenas uvas

Si le preguntáramos a Carlos Bon qué le parecería arreglárselas con el volumen de fruta de que dispone ahora, el responsable de Categoría de Fruta de Divine Flavor diría que es una locura, pero señala que nunca parece haber suficiente. "Nuestra empresa ha crecido exponencialmente en lo que a uvas se refiere, tanto en producción propia como en la de los productores sudamericanos de nuestra empresa conjunta".

Divine Flavor está cosechando 23 variedades distintas de uvas este año solo en México. "Somos unos productores que vamos a visitar otro país, vemos que se está cultivando un tipo de uva en concreto y, si nos gusta, la plantamos, porque si a nosotros nos gusta, a otros también". ¿Qué hace que una uva funcione? Además de ser de la variedad correcta, la paciencia para cultivarla y cosecharla. "La demanda de producto de buena calidad sensorial por parte del consumidor es abrumadora".



Bon opina que, hasta ahora, las uvas habían perdido mucho impulso con el paso de los años por la pobre calidad sensorial y el predominio de fruta más grande con una vida útil más larga. "Nos habíamos olvidado del sabor. Las uvas son para que la gente las consuma, le encanten y vuelva a por más", subraya. Las tres variedades principales de Divine Flavor son Sweet Celebration, Cotton Candy y Sweet Globe. Bon indica que han pasado de mover 900.000 cajas a 3,5 millones de cajas de uvas mexicanas en cuatro años, y que las 900.000 cajas de uvas menos sabrosas costaban más de vender que los 3,5 millones de cajas de uvas de buena calidad sensorial.

Él y sus compañeros, Ecosac (norte de Perú), Agrícola Don Ricardo (sur de Perú) y Santa Elena (Chile), participarán en su segundo congreso anual en Chile para reunirse, compartir datos técnicos, resultados comerciales e interactuar con otros entusiastas de las uvas que compartan las mismas ideas. Dos nuevas plantaciones en dos estados mexicanos (Baja California y Jalisco) producirán uvas dentro de unos dos años, lo que permitirá a Divine Flavor suministrar uvas desde el comienzo en Perú (principios de diciembre) hasta el final de la temporada de Baja California en noviembre. "Hay mucho que podemos aprender los unos de los otros".




"Siento debilidad por las uvas, para mí es una afición, más que un trabajo. Creo que el desafío lo tienen las cadenas de distribución que representan a los consumidores: es su trabajo llamarnos y demandar calidad alta. Mi trabajo es ofrecer al consumidor la mejor uva que existe".

Fuente: FreshPlaza