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La economía familiar, golpeada de por sí ante la masiva pérdida de empleos o reducciones salariales impuestas por el COVID-19, sufre ahora el encarecimiento de los alimentos.
En el mercado Los Andes de El Agustino ahora se paga por una cabeza de apio poco más de S/ 5,00, cuando antes a lo mucho valía S/ 0,50.
Algo similar se registra en la lechuga, cuya unidad solía ofrecerse a S/ 1,00 y ahora los comerciantes lo venden hasta por más de S/ 6,00, dado que los proveedores les venden la docena por más de S/ 40,00 (antes las compraban por S/ 10,00).
Asimismo, la rama de perejil pasó de su precio mínimo (S/ 0,10) a S/ 1,00; el poro de S/ 0,30 a S/ 1,00; el culantro de S/ 0,50 a S/ 2,00 y la espinaca de S/ 0,30 a más de S/ 2,50.
Los comerciantes explican que en los últimos días no ingresaron muchos productos debido al paro agrario y la negativa de un grupo de informales a ser reubicados en el mercado Tierra Prometida, impulsado por la Municipalidad de Lima.
Así, los que se reparten productos para su comercialización en diversos puntos de la capital elevaron los precios en casi 300%. Si un paquete de apio valía en el Mercado Mayorista hasta S/ 5,00, ahora salen por S/ 20,00, comenta una de las verduleras de Los Andes.
En tanto, el precio del pollo sigue sin bajar, y las amas de casa tienen que destinar hasta S/ 10,00 por un kilo. La gallina sí registró una baja, pasando de S/ 13,00 a S/ 11,00.
Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro, sostuvo que el alza de precios de hortalizas llega como efecto de la poca capacidad de producción en el campo. Situación agravada con el nuevo coronavirus.
Sin embargo, adelantó que este panorama se repetiría para abril del próximo año con el arroz, maíz y la papa si el Gobierno –especialmente el entrante– continúa ignorando la labor que realizan 2,2 millones de agricultores familiares para alimentar a los peruanos.
“Hay varios productores quebrados. Los pequeños agricultores no reciben casi nada, mientras los intermediarios se llevan toda la ganancia”, dijo.
La encrucijada de los productores
Poco más de medio centenar de familias agricultoras de Aucallama (Huaral) se ven afectadas porque sus hortalizas no pueden llegar a los mercados de Lima. Domitila Castillo, agricultora, explica que los conflictos entre la Municipalidad de Lima y los informales de La Parada que no quieren ubicarse en Tierra Prometida los perjudican absolutamente, ya que un puñado de civiles los amenaza con estropear sus tierras y cultivos si es que los productores locales quieren salir a abastecer.
El dato
Según la Municipalidad de Lima, 2.369 ambulantes de La Parada se mudaron a Tierra Prometida. En tanto, los precios de la papa, zanahoria, cebolla y tomate se mantienen en sus valores habituales.
Fuente: larepublica.pe
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