¿Quién no se ha curado una infección en la garganta con unas gárgaras de tara? ¿Acaso habrá algún diabético que no haya consumido yacón? Pues en este preciso momento existen unas 11.690 solicitudes de patentes en el mundo, de personas que pretenden adueñarse de estos recursos medicinales peruanos.
Las especies más requeridas son la tara con 3.989 pedidos de patente, el yacón con 3.211 por su contenido de insulina, la uña de gato con 843, la quinina roja o cascarilla con 648, entre otros, según una nota publicada en El Espectador de Colombia.
Ante esta realidad, el Perú emprende una ofensiva para protegerse ante las diversas formas de robo con fines comerciales de sus especies nativas y de los conocimientos tradicionales de sus pueblos indígenas, práctica conocida como biopiratería.
“Toda la biodiversidad de la maca la puedes llevar en el bolsillo, así de sencillo: la semilla es tan diminuta que en un puñado te la llevas. Es prácticamente imposible descubrirlo”, explicó Andrés Valladolid, jefe de la Comisión Nacional contra la Biopiratería (CNLB).
“Cualquier persona, institución, empresa o país que desea acceder a un recurso genético o conocimiento tradicional de pueblos indígenas del Perú debe pedir autorización y considerar una compensación justa y equitativa de beneficios”, según el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi).
Patentes y semillas
La comisión detectó una solicitud de patente presentada ante la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual de China (SIPO), relacionada a un método de propagación e injerto para el sacha inchi, relató Valladolid.
El sacha inchi es un cultivo ancestral de la Amazonía peruana repleto de proteínas, aminoácidos, ácidos grasos esenciales (omegas 3, 6, y 9) y vitamina E, con amplios beneficios para la salud.
Otro de los casos fue la salida hace varios años de grandes cantidades de maca hacia Asia.
“Ellos se quedaron impresionados por las valiosas propiedades alimenticias y la capacidad para generar fertilidad”, dijo.
Otra forma de llevarse los productos es la que funciona con el camu camu, arbusto nativo de la Amazonía con alto contenido de vitamina C.
“Puede salir en pulpa y se declara que está saliendo para medicina y alimento, pero dentro hay recursos genéticos, como son las semillas”, agregó el especialista, quien reconoce que “no hay país que haya logrado enfrentar este problema”.
Cuidar el patrimonio
Valladolid adelantó que el próximo objetivo de los biopiratas es la mashua negra, un tubérculo ancestral que crece en zonas altoandinas, antioxidante, desinflamante y, según algunos estudios, anticancerígeno.
El Perú es unos de los 17 países llamados megadiversos, que tienen la mayor riqueza ecológica y que en su conjunto albergan más del 70% de la biodiversidad del planeta, según el Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente, un organismo del Programa de las Naciones Unidas.
Para proteger a las especies, el Perú se comprometió en el 2009 ante organismos internacionales a conservar 54 millones de hectáreas de bosques hasta el 2021 –de una existencia de 74,2 millones de hectáreas– y mantener los beneficios que generan respecto al secuestro de carbono, que contribuye a reducir el calentamiento global.
Fuente: Larepublica.pe
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