Los apicultores quieren que los gobiernos central y autónomo tomen medidas para estar preparados ante la aparición de dos especies invasoras que pueden causar un daño enorme a las colonias de abejas.A la presencia del avispón asiático (Vespa velutina), tras detectarse dos ejemplares de reinas de esta especie en el norte de Burgos, se suma ahora la amenaza del escarabajo de la colmena (Aethina tumida), una especie de origen tropical que lleva años provocando grandes daños en colmenas de Canadá, Estados Unidos y Australia, y que se ha detectado en los últimos meses en Italia.Las larvas se desarrollan en tierra y son inofensivas, ha explicado el especialista en apicultura, pero cuando se convierten en escarabajos vuelan y necesitan muchas proteínas, que toman de las colmenas, comiendo miel, polen y las crías de las abejas. Además, sus heces hacen que fermente la miel, por lo que acaban por matar a toda la colonia de abejas por falta de alimento.Se trata de pequeños escarabajos muy voraces y una sola hembra puede tener hasta mil crías, lo que permite que se extiendan a gran velocidad. De hecho, en Italia se pasó de un solo foco detectado a casi un centenar en solo dos semanas. Cuando se localiza la presencia de estos escarabajos en una colmena sólo queda destruirla y tratar el terreno para evitar que se extienda.Javier Fernández, responsable de la apicultura en la organización agraria COAG en Castilla y León, opina que estas amenazas sumadas al aumento de la importación de miel china de baja calidad, pueden acabar prácticamente con el sector. Por ello, califica de urgente que se exija a la miel de importación las mismas condiciones sanitarias que a la producida en España y que se identifique claramente la procedencia del producto, para que el consumidor sepa lo que compra y elija con conocimiento. Cabe recordar, que en sólo cinco años, la importación de miel procedente de China ha aumentado un 500%.Aunque en China también se comercializa miel de calidad, la que se exporta a España llega a un precio muy bajo porque su calidad es muy baja. De hecho, Fernández asegura que en la mayoría de las ocasiones se mezcla con miel española para mejorar algo su olor y aspecto, de manera que sea más fácil su venta.


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