El Perú tiene agua dulce en abundancia. El problema no es de cantidad, el problema está relacionado con la distribución y las oportunidades. Todos los veranos, los ríos de la Costa botan mucha agua al mar pero –muchos de ellos– se secan en los inviernos.

Sin embargo, hay algunos ríos costeños que botan agua al mar, inclusive en los inviernos. El río Pisco es un ejemplo de ello. Lo lógico es que Pisco distribuya parte de sus aguas que se pierden en el mar, hacia las pampas de Lanchas y Villacurí que tienen poca agua. Lo mismo sucede en el caso del río Pampas en Huancavelica que bota mucha agua al Atlántico. Lo lógico es que Huancavelica permita el trasvase de una parte de sus aguas sobrantes para mejorar la dotación de agua de Ica. De esa manera, Pisco, Ica y Huancavelica están llamados a ser hermanos de agua. Todo el Perú debería hermanarse a través del agua.

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