Aparte de un otoño algo menos frío que lo normal, la presencia de El Niño en Ica pasa inadvertido. Sin embargo, no debemos cruzarnos de brazos. Hay que limpiar los cauces del río, canales y acequias. En realidad, no solo ante una amenaza de El Niño, sino siempre, Ica debería limpiar sus cauces en esta época del año, o sea en el estiaje. La catastrófica noche del 29 de enero de 1998, cuando la ciudad de Ica se inundó luego del desborde del río, pudo ser menos dramática de haber estado limpio y reforzado el cauce del río. Efectivamente, más dañina que el agua en sí resultó la enorme cantidad de basura de plásticos, maderas, vidrios, telas y objetos metálicos que el río arrastró a su paso y desparramó por toda la ciudad. Inclusive sin amenaza de El Niño, los cauces deben estar siempre limpios –entre otros motivos– para propiciar la infiltración del agua en el subsuelo de Ica.

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