Lima, dic. 17 (ANDINA).- El piñón blanco (Jatropha curcas) tiene gran potencial para la producción de biocombustibles, según estudios sobre los Impactos Socioeconómicos y Ambientales de la Producción de Biocombustibles en la Amazonía Peruana, efectuados por la empresa social holandesa SNV.


Piñón blanco.

El estudio indica que el piñón blanco tiene alto potencial de desarrollo en tierras deforestadas sin uso actual, no compitiendo con la seguridad alimentaria, como sí puede ocurrir con la palma aceitera.

Asimismo, en sus primeros años, puede convivir con cultivos como girasol, maíz, maní, frijol, ají y tomate, reduciendo costos de instalación y absorbiendo las pérdidas de los primeros años.

Incluso, se puede aprovechar el uso de subproductos (como la torta de extracción como fertilizante orgánico) y las oportunidades del mercado de carbono en proyectos de reforestación con el piñón blanco, aparte de su uso como insumo sostenible para la producción de biodiésel.

Respecto a los impactos ambientales, la investigación determina que se logra un impacto positivo cuando los cultivos energéticos se desarrollan en áreas ya deforestadas con vegetación baja (pastizales).

“Si bien la palma aceitera presenta para los productores mejores perspectivas económicas por su alta rentabilidad y paquete tecnológico validado, existen dudas sobre su uso como materia prima para biocombustibles por su aplicación en productos alimenticios. Por ello, el piñón blanco surge como una alternativa importante”, indicó Martijn Veen, asesor en Agronegocios de SNV.

“Tenemos gran disponibilidad de áreas potenciales para este cultivo. Solamente en San Martín, según la zonificación realizada para este cultivo, tenemos más de 400 mil hectáreas de zonas deforestadas sin uso actual, con condiciones biofísicas aptas para el cultivo de piñón blanco”, mencionó.

Veen enfatizó que, a la luz de estos resultados, es importante que las instituciones correspondientes continúen en sus esfuerzos para mejorar y afinar el paquete tecnológico de producción de este nuevo cultivo, que permita la reducción de costos de producción, de modo que se contribuya a elevar los índices de rentabilidad del mismo.

“Se espera que los resultados presentados contribuyan a la generación de políticas y prácticas empresariales que aseguren un desarrollo sostenible del sector, al estimular modelos de negocios que beneficiarán a la empresa privada y a las poblaciones locales, mediante la creación de mecanismos que den acceso a los agricultores asociados a cadenas productivas con mejores ingresos”, puntualizó.

El estudio se basa, en gran parte, en la realidad del departamento de San Martín. Fue elaborado con el aporte de los miembros de la Mesa Técnica de Biocombustibles, y se desarrolló como parte de un proyecto a nivel mundial entre SNV y WWF para el desarrollo sostenible de los biocombustibles, como una contribución a la reducción de la pobreza en comunidades rurales y la mitigación del cambio climático.

Foto: Difusión

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