Ya se ha dicho hasta el cansancio, cómo están aumentando las remuneraciones en el sector agrario, y – lo más complicado de todo – cuán difícil está resultando conseguir gente calificada para atender las delicadas tareas que requiere la agricultura exportadora de frutas y hortalizas de la costa.

De ahí que se esté hablando del “Desafío Laboral” como unos de los mayores retos que está enfrentando la agricultura empresarial del Perú. ¿Qué hacer frente al aumento constante de las remuneraciones de los trabajadores agrarios? Y ¿qué hacer ante la cada vez más aguda escasez de mano de obra en el sector rural?

Primero, entendamos por qué están aumentando las remuneraciones en el país. Pues muy sencillo. El Perú está creciendo integralmente y de manera descentralizada. Es decir, todos los sectores están creciendo; no solo la agricultura. Efectivamente, la construcción – sector intensivo en mano de obra – está liderando el crecimiento sectorial del país, a tasas tan impresionantes como 20 y hasta 30% anual. Y los trabajadores de construcción civil suelen ganar mucho más que el salario mínimo legal.

Obviamente, los jóvenes peruanos prefieren trabajar en el sector construcción que está embalado, y que además, paga bien. Ante esa competencia sectorial, a los empleadores del agro no nos queda otra alternativa que pagar más para captar trabajadores para nuestras empresas.

Algo parecido, está sucediendo con el sector comercial. Es impresionante la cantidad de centros comerciales y supermercados que se están construyendo a lo largo y ancho del país, y el comercio también requiere de mucha mano de obra. Además, como dicen los jóvenes que no quieren laborar en el campo: “trabajar con aire acondicionado es mucho mejor que trabajar en el campo, sobre todo cuando quema el sol al medio día”.

Pero ahí no queda la cosa. Aparte de la construcción y el comercio; la industria manufacturera, el turismo, la minería, los servicios… todo está creciendo en el país. Pues bien, todo ello propicia el alza de las remuneraciones, y al agro no le queda otra que pasar por el aro de pagar más, para no quedarse sin gente.

Entonces, entendido el fenómeno de la escasez de mano de obra, y del aumento constante de las remuneraciones en el agro, queda la interrogante: ¿qué hacer para captar trabajadores calificados, y – más importante aún – cómo hacer para seguir siendo competitivos y rentables en el negocio agrario?

Pues a eso quería llegar. Como nunca antes en la historia del agro peruano, la gestión de personas se ha constituido en una de las funciones administrativas más importantes de las empresas del sector. Tanto que muchas empresas agrarias han implementado programas de motivación personal y mecanismos de bonificación por productividad, capacitación y entrenamiento del personal, seguridad y confort en el trabajo, servicios de transporte y alimentación, asistencia social y de salud a los familiares de los trabajadores, programas de esparcimiento y recreación, servicios educativos, guarderías infantiles para que las madres puedan trabajar sin preocuparse por sus hijos, etc. aparte por supuesto, de mejores remuneraciones.

La idea detrás de todas estas medidas es aumentar la eficiencia del personal para compensar el incremento del costo de la mano de obra, y generar fidelidad entre los trabajadores con sus respectivas empresas para contrarrestar la escasez de mano de obra que hay en el sector rural del país.

He ahí – precisamente – el desafío laboral del agro del momento. Pagar más y brindar mejores condiciones de trabajo para el personal obrero y sus familiares, generar puestos de trabajo permanentes dentro de las empresas para que los trabajadores permanezcan ocupados dentro de las empresas.

Así está el mercado laboral en el agro. ¡Bien por los trabajadores y sus familiares!

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