Las investigaciones en granos nativos, particularmente de la quinua , como un cultivo de importancia para poblaciones que viven en zonas marginales de la sierra y costa del Perú se remontan al año 1968, época en la que el Programa de Cereales y Granos Nativos de la Universidad Agraria La Molina inició sus investigaciones, con el objetivo de contribuir principalmente con la producción de alimentos de alto valor nutritivo que no sólo permitan superar los graves problemas de desnutrición, sino también lograr excedentes que puedan ser comercializados a nivel nacional e internacional, de tal forma que permita mejorar la economía campesina.

Al respecto, si bien en nuestro país existe un gran número de especies domesticadas por los antiguos peruanos, muy adaptados a las condiciones de clima y suelos desfavorables de la sierra, requieren sin embargo, para ser incorporados en una agricultura comercial, mejorar en una o más de sus características. Asimismo, debido al boom de la quinua, ha surgido el interés de los agricultores de la costa de sembrar este producto y de contar con variedades que resistan al calor del verano y a las plagas propias de este clima. Para lograr ello los investigadores vienen realizando mutaciones empleando radiación ionizante, que permitan obtener variedades mejoradas.

Este proyecto vienen siendo auspiciado, entre otros, por el programa ARCAL (Acuerdo Regional para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y El Caribe) el cual brinda el apoyo, a través del Instituto Peruano de Energía Nuclear, desde hace algunos años, ejecutándose actualmente el Proyecto RLA/5063 denominado “Apoyar el Mejoramiento Genético de Granos Subutilizados y Otros Cultivos Importantes para el Desarrollo Agrícola Sostenible”. Gracias a ARCAL, los investigadores no sólo reciben capacitación en el tema sino también tienen la oportunidad de realizar intercomparaciones científicas y de intercambiar información con otros investigadores de la región.

Para lograr mutaciones las semillas son sometidas a diversas dosis de radiación gamma en un equipo muy sofisticado del Instituto Peruano de Energía Nuclear, conocido como Gammacell 220. La alta capacidad de penetración, de dichas radiaciones gamma produce alteraciones genéticas que pueden ser grandes o pequeñas, negativas o positivas. Si el proceso se hiciera en forma natural, es decir sin intervención de las radiaciones, tardaría miles o millones de años.

Una vez irradiadas, las semillas se siembran en terrenos experimentales donde los investigadores las vigilan cuidadosamente, luego las semillas de las plantas que parecen prometedoras se cosechan y se vuelven a sembrar, y este proceso de selección se prolonga hasta por siete años, hasta que se encuentran las variedades mejoradas más oportunas sobre el terreno y en el laboratorio. Una vez encontrada, probada y confirmada oficialmente, la línea mejorada se distribuye como nueva variedad.

Actualmente el Programa de Cereales y Granos Nativos de la UNALM dirigido por la doctora Luz Gómez Pando, cuenta con 13 líneas de variedades mejoradas en quinua y 9 en kiwicha, los cuales pasaran a ser evaluados por rendimiento calidad y seleccionadas en campos de agricultores. Además, en esta etapa se ha dado inicio al desarrollo de líneas mutantes en otra especie nativa, como lo es la cañihua de alto valor para la región andina.

De las experiencias realizadas con la variedad de quinua pasankalla, por ejemplo, se ha observado que las plantas son más bajas, lo que facilita la cosecha; se ha encontrado precocidad, es decir que maduran más temprano; asimismo que, el grano cambió de color de rojo a crema y que el volumen de expandido de cada grano es mayor.

Cabe señalar que actualmente cerca de 70,000 pequeños agricultores están involucrados en el cultivo de la quinua, y que en los últimos cinco años empresas agroexportadoras se han interesado en este producto, promoviéndose el cultivo en gran escala en la costa peruana y esto debido al incremento del interés del mercado extranjero en este producto.

En lo que corresponde a la región de la sierra y a fin que los pequeños productores no se vean perjudicados por la producción industrial la doctora Gómez Pando recomienda que el Gobierno promueva el cultivo de quinua orgánica en la sierra, por las ventajas que ello implica, más aún cuando en la costa no se podría hacer y ésta podría quedarse sólo con el cultivo a gran escala.

Fuente: Instituto Peruano de Energía Nuclear

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