La reciente encuesta nacional de Ipsos Apoyo elaborada para El Comercio refleja creciente aprobación al presidente Ollanta Humala, quien ha pasado de 55 por ciento al 14 de agosto al 65 por ciento en la consulta efectuada entre el 14 y el 16 de setiembre.

El sondeo arroja datos dignos de atención. Por ejemplo, respecto a la lucha contra la cocaína, los encuestados consideran acertado en primer lugar el control de insumos para su producción (44 por ciento). Vienen luego los programas de cultivos alternativos (38 por ciento), busca de cabecillas del narcotráfico (33 por ciento), erradicación forzosa de plantaciones de coca (28) e interceptación de rutas de la droga (23).

Eso coincide con el programa que Ricardo Soberón, el jefe de Devida, ha comenzado a aplicar. Sin embargo, la encuesta indica que el 55 por ciento de los que conocen el tema desaprueba la ratificación de Soberón.

Todos los medios de derecha están contra Soberón. Fernando Rospigliosi y Jaime Antezana, asesores de la embajada de Estados Unidos, encabezan ese ataque.

Esto lleva a una reflexión: Si Soberón va a ser probablemente más eficaz que sus antecesores en la lucha contra el narcotráfico, y la embajada se opone a él, quiere decir que Washington prefiere una política como la que ha fracasado en el Perú y en Colombia. Esto lleva a una conclusión, a la cual llegué hace más de veinte años: los gringos no quieren acabar con el tráfico.

El 45 por ciento de los consultados aprueba la gestión de Humala porque está cumpliendo lo prometido en su campaña. Otros elementos de la aprobación son: Humala está realizando un cambio para la mejora del país; está luchando contra la corrupción; se preocupa por los pobres; está promoviendo la inversión y el empleo.

Por eso preocupa que en algunos puntos el régimen, no necesariamente Humala, esté faltando a la palabra empeñada. Caso flagrante es el del intempestivo cambio de rumbo del ministro de Agricultura, ingeniero Miguel Caillaux Zazzali, respecto a los transgénicos.

El trasfondo es grave. Recuérdese que el 15 de abril de este año, Alan García dictó el Decreto Supremo que autorizó la importación de productos agrarios y forestales transgénicos para reproducción. La medida, concertada con Ismael Benavides, entonces ministro de Agricultura, convertía al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) en autoridad nacional en la materia. El INIA se convertía así en juez y parte, ya que desarrolla un papayo transgénico.

En la etapa electoral, la bancada de Gana Perú logró que el Congreso declarara una moratoria para esos productos. El propio Humala hizo público su rechazo a éstos. Pese a eso, Caillaux dijo el viernes a CONVEAGRO que el Decreto de García no va a ser derogado.

¿Quién manda? ¿Caillaux o Humala?

Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/o...oca_95011.html


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