Hanna_HI727.jpgLa respuesta a la pregunta de si el agua tiene color es capciosa y depende del tipo y la cantidad de agua a la que nos refiramos. El agua totalmente pura es transparente en volúmenes pequeños y conforme mayor es su volumen tiende a absorber sólo una parte del espectro visible, reflejando el resto y dando una apariencia azul clara o turquesa, similar al que observamos en cuerpos de agua cristalinos o en contenedores muy grandes con agua limpia. Pero en esta ocasión sólo nos enfocaremos en el estudio del color del agua potable, que a diferencia del agua pura, por estar en contacto con muchos elementos de la naturaleza, puede presentar distintos niveles de coloración que son un buen indicador de lo que contiene y por tanto, de su calidad.

La calidad del agua potable debe mantenerse siempre en altos estándares para prevenir problemas de salud entre sus consumidores, las características microbiológicas, físicas, organolépticas, químicas y radiactivas son importantes indicadores de dicha calidad y para mantener estos estándares es necesario medir y controlar todas las características mencionadas en los procesos de recolección, potabilización, transportación y de ser el caso, envasado, incluyendo el color. En la mayoría de los países y a nivel internacional existen normas que regulan los valores de dichos estándares de calidad, pruebas como la cantidad de microorganismos, la turbidez, el pH, el cloro, metales y el color del agua son algunas necesarias para asegurar su buen estado. En México tenemos por ejemplo la NOM-127-SSA1-1994 que regula los límites permisibles de la calidad del agua para el consumo humano. Como ya se mencionó, el color del agua en la naturaleza resulta su contacto con otros elementos, como la presencia de metales, de ácidos orgánicos, de materia orgánica y hasta de desechos industriales para el caso de aguas residuales.

El color se evalúa mediante la técnica de colorimetría, usada también para muchas otras aplicaciones, que consiste en comparar el color de una muestra con intervalos de referencia conocidos para correlacionarlo con un valor según el tipo de muestra y el parámetro de interés. El método más utilizado para la determinación del color en aguas naturales, potables y poco contaminadas es el enunciado por la EPA y por Standard Methods en los métodos 110.2 y 2120B respectivamente, se conoce como método de Platino-Cobalto (Pt-Co), el cual consta a grandes rasgos en medir la absorbancia de la luz en una muestra de agua a 455 nm con un espectrofotómetro, el resultado se compara con una escala en unidades de Platino-Cobalto (PCU, por sus siglas en inglés). Este análisis además puede realizarse de dos maneras, cuando se hace sin una previa filtración de la muestra, y por tanto no se elimina la turbidez, se le llama análisis de color aparente; cuando el color se mide después de haber filtrado la muestra para eliminar todo sólido suspendido se le llama análisis de color real y es el más utilizado por las normas. El color también depende del pH, por lo que se recomienda medir el pH y amortiguarlo en casos donde es necesario.

Para el agua potable, la norma oficial mexicana establece un valor no mayor a 20 PCU; cualquier establecimiento y sistema de abastecimiento público o privado cuyo producto sea agua para consumo humano, debe vigilar este y los demás valores establecidos. Una forma sencilla de cumplir esta necesidad sin tener que realizar una gran inversión como la que representa equipo espectrofotómetro y los reactivos necesarios para el análisis del color del agua, es usar el fotómetro Checker HI727 de Hanna Instruments. Este equipo es un colorímetro portátil que puede llevarse incluso en el bolsillo, es muy sencillo de usar ya que sólo cuenta con un botón de operación para encender, realizar la lectura del blanco y medir la muestra de agua potable, además no requiere de reactivos y para medir la muestra blanco sólo se necesita una celda con agua pura, destilada o desmineralizada. Sin duda es la opción más conveniente en la medición de calidad de los sistemas de agua potable.

Fuente: Boletín Hanna Instruments | Por M. en C. Rafael Alejandro Hernández Guzmán

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