Relación entre la turbidez y la eficiencia de la desinfección.


Para conocer la interacción entre los valores elevados de turbidez y la eficiencia de la desinfección de agua de consumo humano, se han realizado experimentos en los que se mide la supervivencia de las bacterias, la demanda de cloro y la interferencia con las determinaciones microbiológicas.

Se ha experimentado con fuentes de agua natural donde se utiliza únicamente el cloro como agente de tratamiento. Las conclusiones de estos estudios indicaron que la eficiencia de la desinfección estaba correlacionada negativamente con la turbidez, la demanda de cloro de las muestras y el nivel presente de coliformes (LeChevallier, 1981).

La turbidez del agua es causada por la presencia de partículas suspendidas como arenas, limo, materia orgánica e inorgánica, plancton y otros organismos microscópicos (Kavanaugh and Russell, 1979, Standard Methods, 1975).

La turbidez es una expresión de la propiedad óptica del agua para dispersar un rayo de luz incidente. Los estudios realizados para observar los efectos de la turbidez en el agua de consumo humano indican su correlación con nemátodos, crustáceos, oxido de fierro y plancton que están presentes en los sistemas de distribución. Se ha encontrado que la turbidez puede ser portadora de nutrientes que sirven para promover el crecimiento microbiano en estas instalaciones. La relación entre la turbidez y la eficiencia de la desinfección con cloro ha sido determinada midiendo la disminución del número de coliformes para diferentes valores de turbidez y diferentes concentraciones de cloro agregado. En el experimento realizado por LeChevallier, Evans y Seidler, los coliformes en una muestra de alta turbidez (13 NTU) se redujeron solamente en un 20% con respecto a la cuenta inicial, mientras que en una muestra de baja turbidez (1.5 NTU) fueron imposibles de detectar aún bajo un muestreo exhaustivo. En imágenes microscópicas se ha demostrado que algunas bacterias se cubren o encapsulan dentro de las partículas de turbidez o aparecen recubiertas con un material amorfo, o incluso se pueden dar estas dos condiciones al mismo tiempo. Todo esto implica en general que, para muestras turbias de agua de consumo humano con un valor típico de 10 NTU, la probabilidad para transportar bacterias patógenas es 8 veces mayor que en una muestra con una turbidez de 1 NTU.

Técnicas para la reducción de la turbidez:

La turbidez del agua cruda se elimina con diversas técnicas empleadas en las plantas de tratamiento. Se les puede agrupar en tres categorías: filtración rápida, filtración lenta y filtración por membranas.
La filtración se auxilia de un procedimiento químico en dos etapas. La primera, aplicada al principio del proceso de tratamiento, es la coagulación y floculación que consiste en la agregación de productos químicos (como del aluminio y otros compuestos ferrosos) que provocan la formación de aglomerados de partículas para formar grandes flóculos. Estos flóculos se pueden atrapar haciéndolos pasar por filtros de arena o de otros materiales granulares. Estos tratamientos son capaces de eliminar la turbidez hasta valores cercanos a 0.3 NTU. La filtración lenta con arena o tierra de diatomáceas puede producir agua con un valor de 1.0 NTU, y la filtración usando membranas, usualmente en procesos a alta presión (ósmosis inversa, ultrafiltración o nanofiltración), puede proporcionar agua con una turbidez de 0.1 NTU o menor.

Para la medición precisa de la turbidez en las diferentes etapas de tratamiento, HANNA instruments recomienda el medidor HI88703 que cumple con el método de la USEPA 180.1 y el método estádar 2130B. Es un medidor con buenas prácticas de laboratorio, cinco puntos de calibración, conexión a la PC y almacenamiento de hasta 200 lecturas de turbidez. Usando los las celdas estándar incluidas, es posible calibrar a dos, tres, cuatro o cinco puntos.



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