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Esto se contrapone con el siguiente dato: un tercio de los alimentos en el mundo son tirados a la basura según estimaciones del Banco Mundial, lo que corresponde a 4 mil millones de toneladas métricas de alimentos que no son consumidos por nadie. En Estados Unidos, el panorama es aún peor, dado que cerca de la mitad de estos alimentos son desechados.
La pérdida de alimentos puede darse a lo largo de la cadena de suministro, desde la cosecha misma hasta llegar al consumidor. De esta forma, este desperdicio puede darse en la producción, en la cosecha, el almacenamiento o el transporte. En países desarrollados, gran parte del desecho de alimentos se produce cuando este está en posesión del consumidor; es decir, cuando se arrojan los alimentos que no se usan en casa o que están a punto de deteriorarse. En América Latina, se pierde alrededor del 15% de alimentos disponibles. Los eslabones de la cadena donde más se pierden y desperdician alimentos en América Latina y el Caribe son a nivel de producción y del consumidor. El 28% de los desperdicios ocurren a nivel del consumidor; el 28% de las pérdidas a nivel de producción, el 17% de los desperdicios ocurre en mercado y distribución y el 22% de la pérdidas se dan durante el manejo y almacenamiento y el 6% restante a nivel de procesamiento, según datos de la FAO.
Para el 2050 seremos cerca de 9 mil millones de personas en todo el mundo a las cuales se tendrá que alimentar. Existe una gran presión, en ese sentido, de generar más alimentos para estas personas, alimentos de más que, dicen los expertos, no existe. Sin embargo, al analizar las cifras de desperdicio de alimentos vemos que con un manejo más eficiente de estos alimentos, con una mayor inversión en infraestructura y transporte, los alimentos que faltan para algunos pueden recuperarse.
Fuente: http://proexpansion.com/en/articles/...as-se-desechan
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