Así lo afirmó un vocero del Ministerio de Agricultura. Los agricultores temen por el impacto en nuestro material genético.
En la agenda del Gobierno nunca figuró una posible moratoria a los productos
transgénicos y, por el contrario, Rafael Quevedo, titular del
Ministerio de Agricultura (Minag), impulsó la publicación del reglamento de bioseguridad, al haber un vacío legal frente a la realidad de ya estar consumiendo este tipo de alimentos, afirmó ayer el jefe del Gabinete de Asesores del Minag, Dow Seiner.
El funcionario afirmó que el titular del
Ministerio del Ambiente (Minam), Antonio Brack, introdujo hace unas cinco semanas el tema de la moratoria en una sesión del Consejo de Ministros solo para informar y no para su debate.
También confirmó que el mencionado reglamento fue el resultado de un consenso entre los ministerios de Agricultura y del Ambiente. En un primer momento, el Minam planteó modificar la ley que dio origen al reglamento, porque el sector ambiental no estuvo incluido; sin embargo, eso se resolvió con una resolución que reemplaza al Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana por el Minam como miembro del grupo técnico sectorial, instancia que revisará los expedientes de solicitud de cultivos de transgénicos, sostuvo Seiner.
En cuanto a la aplicación del reglamento, consideró que los cultivos de transgénicos en el país se centrarán más en el maíz amarillo duro, alimento utilizado principalmente en la crianza de pollos y que actualmente es importado a precios muy altos. Agregó que el 80% de ese producto importado ya es transgénico. “Con la misma área dedicada hoy al cultivo de maíz podremos llegar a ser autosuficientes y dejar de importarlo”, apuntó.
La Convención Nacional del Agro (Conveagro) se pronunció ayer contra estos cultivos al señalar que tendrán un impacto negativo en la biodiversidad. Lamentaron que esta publicación se diera sin el consenso de los sectores que serán impactados, como son los campesinos. Similar opinión tuvo la parlamentaria Elizabeth León, quien consideró que tampoco se pidió opinión a aquellos vinculados con la gastronomía.
UNIVERSIDADES SON EXCLUIDAS
Para Luis destefano, investigador de la universidad cayetano Heredia, lo negativo del reglamento de cultivos de transgénicos es que se incluya al ministerio del Ambiente entre las instituciones que supervisarán su cumplimiento. “El ministerio tiene un sesgo ambientalista y no técnico”, dice.
También mencionó que la complejidad del reglamento excluirá a las universidades nacionales de hacer investigaciones y privilegia a las grandes empresas. Señaló que los transgénicos permitirán desarrollar las exportaciones y ayudarán a producir mejores cultivos.
Fuente: El Comercio
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