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En los últimos 15 años, la leche ha sido el único producto agropecuario de la región que ha tenido un crecimiento significativo y constante. De 19 mil 717 mil toneladas métricas (TM) producidas en el año 2000, llegó a las 84 mil 301 TM en el año 2012, según la Dirección de Información Agraria - DRAP.
Durante ese lapso de tiempo, a las consolidadas cuencas lecheras de Azángaro, Melgar y Taraco, se sumaron las de Mañazo, Acora y Asillo. Con ello, el número de cabezas de ganado para ordeño creció de 77 mil 660, en el año 2002, a 102 mil 90 en el 2004.
La clave de este crecimiento es la mejora de ganados. El índice técnico de leche, que mide el rendimiento de vaca por día, indica que se pasó de un 0.66 a un 2.26 en doce años.
La importancia de la producción de leche fue tal que, en el campo de la agricultura, el cultivo de avena forrajera y, en especial, la alfalfa, creció de manera significativa, tanto, que opaca el crecimiento algo estancado del cultivo de la quinua y la papa.
La cantidad de alfalfa cultivada se multiplicó por seis veces en la última década, llegando a producirse 604 mil 673 toneladas anuales. En tanto, la avena forrajera está en alrededor de un millón 185 mil 7 toneladas, en el mismo periodo.
El estímulo para el aumento de la producción de leche fue la creciente demanda del queso puneño, el cual ha conquistado prácticamente todo el sur de Perú, pasando a posicionarse en Lima y Bolivia, de acuerdo a lo informado por el responsable del proyecto Pro Leche del gobierno regional de Puno, Julio Carcausto.
Existen estimaciones que indican que el 95% de leche fresca producida se usa para la producción que queso en las casi 600 plantas para su fabricación existentes en la región. Se debe mencionar que se requiere de 8 a 10 litros de leche para la fabricación de un queso paria.
La oportunidad aprovechada a medias
Mientras la alfalfa multiplicó por 6 su producción, la quinua, a pesar de su gran demanda y potencial de exportación, solo se vio duplicada. Hace 14 años se producía alrededor de 15 mil 848 toneladas anuales, llegándose a producir hasta 32 toneladas el año 2011, uno de los mejores años para su producción.
Además, la quinua no llegó a consolidarse como el sembrío más importante de la región, pues del total de áreas sembradas anuales se determinó que la avena forrajera fue la de mayor área con 24,24%, dejando a la papa con 23,53%. La quinua solo llegó a 12,95% en áreas cultivadas.
Aparte de la leche y, tímidamente con la quinua y el café, el panorama general de la actividad agropecuaria es lamentable si se compara con el desarrollo de otras regiones.
La agenda agraria, documento elaborado por el capítulo de ingenieros agrónomos que sistematiza más de 10 años de trabajo de las instituciones vinculadas, diagnostica a este sector como descapitalizado, con débil asociatividad, con pocos créditos, servicios de información limitados y sin transferencia tecnológica.
En la introducción del documento existe una interesante reflexión sobre el papel de los llamados a impulsar este sector a nivel regional: “Se han puesto en marcha varios proyectos productivos (Proyecto Quinua, Proyecto Granos Andinos, Proyecto ProLeche, PECSA, PRORRIDRE, PRADERA) con asignaciones considerables de presupuesto; sin embargo, sólo han servido para colocar y mantener clientelismo político y el aparato burocrático”.
Fuente: http://www.losandes.com.pe/Nacional/20150511/88390.html
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